De donde viene el temor al martes trece. La cuestión no es tan joven; al contrario, es bastante añeja y existen muchas páginas en la web que nos ofrecen una amplia información sobre el por qué se cree este día de infortunio.
Un tiempo atrás, mi actividad tutorial la hacia en horas nocturnas ya que por lo apretado del trabajo, sólo me quedaba la noche para revisar el material que me traían los muchachos.
Recuerdo que uno de los primeros grupos de estudio fue con Luisana Veludo y Richard Pinto, par de chicos estudiantes de Mercadotecnia que venían realizando sus pasantías en Danac y las exigencia del tutor empresarial los tenia pasando aceite. En fin, cuando ellos culminaban su día de trabajo de pasantías, se venían directamente a mi oficina para seguir con el desarrollo de la investigación.
Un día martes como el actual, nos quedamos más tiempo de lo habitual y cuando nos dimos cuenta prácticamente era la medianoche. Mi sentido del humor me hizo en algún momento relacionar la fecha con acontecimientos siniestros y en poco tiempo pude sugestionar a los muchachos con aquello de que en los largos pasillos de la institución donde trabajo, se oyen ruidos generados por el anima en pena de un trabajador que murió hace unos cuantos años y que todavía su alma vaga por el edificio.
Mientras Luisana me hacia observaciones de que no le gustaban esos cuentos porque le daba miedo, Richard un tanto más incrédulo, hacia mención de que a él particularmente no le quitaba el sueño los muertos sino los vivos.
Pronto, estuvimos listos para irnos a casa y en el instante que veníamos hacia la salida, a Richard se le ocurrió detenerse para entrar al baño que está en uno de los pasillos, y en el preciso momento que se apartó de nosotros -sin prevenir a nadie- emprendí una veloz carrera que fue secundada en el acto por Luisana, hasta que escuchamos a Richad que pedía a gritos que lo esperásemos, cosa que hicimos pero en la salida del edificio y mientras nos sobreponíamos por la carrera, apareció Richard que venia muerto de la risa pero cojeando de un pie, ya que había pisado mal y se le había doblado un tobillo. La cuestión terminó en una sola carcajada mientras le preguntábamos a Richard, si solamente había ido a orinar o en la carrera por los pasillos se le antojo otra necesidad superior... ¿qué creen ustedes??? je je
Un tiempo atrás, mi actividad tutorial la hacia en horas nocturnas ya que por lo apretado del trabajo, sólo me quedaba la noche para revisar el material que me traían los muchachos.
Recuerdo que uno de los primeros grupos de estudio fue con Luisana Veludo y Richard Pinto, par de chicos estudiantes de Mercadotecnia que venían realizando sus pasantías en Danac y las exigencia del tutor empresarial los tenia pasando aceite. En fin, cuando ellos culminaban su día de trabajo de pasantías, se venían directamente a mi oficina para seguir con el desarrollo de la investigación.
Un día martes como el actual, nos quedamos más tiempo de lo habitual y cuando nos dimos cuenta prácticamente era la medianoche. Mi sentido del humor me hizo en algún momento relacionar la fecha con acontecimientos siniestros y en poco tiempo pude sugestionar a los muchachos con aquello de que en los largos pasillos de la institución donde trabajo, se oyen ruidos generados por el anima en pena de un trabajador que murió hace unos cuantos años y que todavía su alma vaga por el edificio.
Mientras Luisana me hacia observaciones de que no le gustaban esos cuentos porque le daba miedo, Richard un tanto más incrédulo, hacia mención de que a él particularmente no le quitaba el sueño los muertos sino los vivos.
Pronto, estuvimos listos para irnos a casa y en el instante que veníamos hacia la salida, a Richard se le ocurrió detenerse para entrar al baño que está en uno de los pasillos, y en el preciso momento que se apartó de nosotros -sin prevenir a nadie- emprendí una veloz carrera que fue secundada en el acto por Luisana, hasta que escuchamos a Richad que pedía a gritos que lo esperásemos, cosa que hicimos pero en la salida del edificio y mientras nos sobreponíamos por la carrera, apareció Richard que venia muerto de la risa pero cojeando de un pie, ya que había pisado mal y se le había doblado un tobillo. La cuestión terminó en una sola carcajada mientras le preguntábamos a Richard, si solamente había ido a orinar o en la carrera por los pasillos se le antojo otra necesidad superior... ¿qué creen ustedes??? je je
5 comentarios:
Dios mío Elier, tu me haces algo así a mi, y yo si que me muero, soy la persona más miedosa que conozco....
Malo, pobres muchachos! Saludos a tu familia!!!
;)
Esos gozan un puyero, quedan los cuentas para la posteridad. ¿Cual de tus profesores te hizo correr? jaja. Saludos
Ja, ja..
Si nos es por ti ni me acuerdo de la dichosa fecha....
Jamas he dejado de reconocer que eres el mejor de todos, unico, y gran amigo..pero tampoco se me puede olvidar ese momento de terror que me hicistes pasar...de igual forma te quiero muchisiimo, siempre te recuerdo..mi padrino preferido..Que sera de la vida de mi gran compañero de pasantias..Richard excelente y un gran apoyo para mi...Gilberto hermoso tu igual sigues formando parte de las historias de mi vida..Besos!!Luisana Veludo...
Que terror el CIEPE, hasta de día yo me perdía. jajaja!
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