La vida era perfecta al llegar las vacaciones; más si esas vacaciones se disfrutaban en la casa materna de Banco Obrero en Cocorote

martes, mayo 29, 2007

Chao numero dos

Como todavía tengo el dominio de ver el canal de mi preferencia, eliminé de mi control remoto “cual muchachito malcriado” el numero dos. No es que le eche la culpa al nuevo canal, no!!!!!!; pero si antes era poco amante de estar viendo RCTV; ahora, cuando a lo carajazo han impuesto en el menú TVES pues la verdad es que “no-me-in-te-re-sa”…
Las cosas regresan del lugar donde salieron” le decía el “Socio” a Doña Bárbara. Me dan ganas de llegar al final del libro para saber como termina este cuento, porque la verdad sea dicha, la novelita se está poniendo necia y no precisamente la de Gallegos.

viernes, mayo 25, 2007

TRES EN LA CAMA

Ayer cuando salí mas tarde de clases que nunca (los carajitos esos del quinto semestre siempre se quieren ir antes que termine la hora de clases, a excepción de los días que tienen evaluación), llegue a mi casa con el hambre que juega a garrote, a lo que me dispuse a comer una arepita del tosty y un juguito. A mi lado, el consentido que, a esa hora seguía como la matica de caraota. Pasaban en Discovery el programa “Especial de ultratumba”, donde el drama era sobre una niña que luego de mas de cien años de muerta, seguía apareciendo en una casa…- Mauricio, ese programa no es para niños y ya es muy tarde, por favor apaga el televisor y vete a dormir – yo se papá pero como se trata de algo espiritual yo tengo que saber para ayudar a las personas – ¿y como piensas ayudar a las personas? – bueno, a mi me gustan esas cosas del mas allá y si alguien se le mete un diablo entonces yo se lo puedo sacar – ¿cómo? Indague ya sorprendido – bueno, a lo mejor cuando sea grande estudio para cura en la Universidad – pero en la universidad no se estudia curismo (je je) – bueno, mientras tanto veo estas cosas para aprender….El aprendiz de cosas de espíritus terminó con culillo y yo amanecí durmiendo en la orilla de la cama mientras que el muy orondo en el centro de la cama abrazado a su mamá durmió feliz y contento.
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Amaneció lloviendo en el valle del Yaracuy, finales de mayo y desde el otro mes las tierras rastreadas esperaban por el néctar nuboso para reverdecer. El frío en la mañana hizo que las sabanas se quedaran un tanto pegadas, pero al final nadie quedó en casa: ¡que llueva, que llueva la vieja está en la cueva, los pajaritos cantan… (de verdad que hacían falta las lluvias con este calor infernal)

miércoles, mayo 23, 2007

Mi prima Yanira

Soñaba anoche con Yanira del Rosario y entre otras cosas converse largamente de la preparación de un plato donde de manera precisa me señalaba los ingredientes y la forma de presentarlo mientras que Luís Oswaldo –uno de los tres hijos de ella- brincaba de un lado a otro. Lo único extraño que percibí fue que nos encontrábamos en uno de los cuartos de la casa de mi tía Esther en Puerto Cabello y luego veníamos caminando por una de las veredas de la urbanización La Ascensión de San Felipe, específicamente la que está detrás de la caseta policial, pasando por la casa de la China y conversabamos algo sobre carros. Fue tan real el sueño que cuando caí en cuenta en medio del propio sueño de quien se trataba, desperté de manera repentina.
Yanira ya no está con nosotros, sufrió un accidente en la vía hacia Coro del que no pudo reponerse y a los meses murió; pero su cariño de prima hermana adorable se mantiene intacta.
Cuando llegaban los hijos de mi tía Martha – Yonny, Yovani, Yanira y Yomar: “panza, bonete, librillo y cuajar”- a mi casa materna o nosotros a la de ella, era un montón de juegos lo que se nos venía encima. Al ser algo mayores que nosotros, siempre coordinaban los juegos en los que normalmente Yanira hacia de maestra o mamá.
Es bueno acotar que mis tíos junto a mis primos “Y”, vivieron antes que nosotros en la casa de Banco Obrero de Cocorote y luego ésta fue traspasada a mi mamá, por lo que al llegar a la misma, no dejaban de recordar la época de mangos para llegar y en el acto tumbar todos los verdes que pudieran y ponerlos a salcochar en fogones que preparaban en la misma área de las matas, para luego hacer una rica jalea de mango.
Risueña, cariñosa, genuina anfitriona y siempre inventando; no dejaba pasar un cumpleaños si en sus manos estaba la solución: “vamos a hacer una torta”… y ahí mismo se prendía el bochinche con la preparación y la búsqueda de lo que hiciera falta para armar el bonche.
Si bien hace ya unos cuantos años que se fue dejando sus tres Luises con Martha, del cual uno de ellos les hablare en otro post, - el catire Muhlemann - su esposo, jamás los abandonó haciendo lo que estuviera a su alcance para hacerlos hombres de bien
Como señalaba Nany en uno de sus post: ¿Quién no ve a sus hermanos siempre más preciosos que todos los demás? Yo incluiría aparte de mis hermanos a primos hermanos, pues la verdad es que algun@s de ell@s son inmensamente populares, añorados y uno los llega a querer con el alma.

lunes, mayo 21, 2007

Remembranzas por un limonero especial

El resfriado que tengo no me abandona y entre comidas sin gusto y con la nariz tapada iba recordando al mediodía, el poema “El limonero del Señor” de Andrés Eloy Blanco, lo que me hizo recordar la efemérides de su muerte que para más señas se conmemora hoy 21 de mayo, cincuenta y dos años de su desaparición acaecida en México mientras trataba de cruzar una calle.
Si bien este poema no me lo aprendí de memoria como “La loca Luz Caraballo” o “coplas de amor viajero”, sucede que cuando estoy por el centro de Caracas y me encuentro cerca del Nazareno de San Pablo, los primeros versos de este poema vienen a mi mente de manera automática y es por eso que hoy al recordarlo en otras condiciones, valga la oportunidad para compartirlo con ustedes en honor a este insigne cumanés denominado con mucha razón, el poeta del pueblo venezolano:

En la esquina de Miracielos
agoniza la tradición.
¿Qué mano avara cortaría
el limonero del Señor...?
Miracielos; casuchas nuevas,
con descrédito del color;
antaño hubiera allí una tapia
Y una arboleda y un portón.

Calle de piedra; el reflejo
encalambrado de un farol;
hacia la sombra, el aguafuerte
abocetada de un balcón,
a cuya vera se bajara,
para hacer guiños al amor,
el embozo de Guzmán Blanco
En algún lance de ocasión.

En el corral está sembrado,
junto al muro, junto al portón,
y por encima de la tapia
hacia la calle descolgó
un gajo verde y amarillo
el limonero del Señor.
Cuentan que en pascua lo sembrara,
el año quince, un español,
y cada dueño de la siembra
de sus racimos exprimió
la limonada con azúcar
Para el día de San Simón.

Por la esquina de Miracielos,
en sus Miércoles de dolor,
el Nazareno de San Pablo
Pasaba siempre en procesión.
Y llegó el año de la peste;
moría el pueblo bajo el sol;
con su cortejo de enlutados
pasaba al trote algún doctor
y en un hartazgo dilataba
su puerta «Los Hijos de Dios».

La Terapéutica era inútil;
andaba el Viático al vapor
Y por exceso de trabajo
se abreviaba la absolución.

Y pasó el Domingo de Ramos
y fue el Miércoles del Dolor
cuando, apestada y sollozante,
la muchedumbre en oración,
desde el claustro de San Felipe
hasta San Pablo, se agolpó.

Un aguacero de plegarias
asordó la Puerta Mayor
y el Nazareno de San Pablo
salió otra vez en procesión.
En el azul del empedrado
regaba flores el fervor;
banderolas en las paredes,
candilejas en el balcón,
el canelón y el miriñaque
el garrasí y el quitasol;
un predominio de morado
de incienso y de genuflexión.

—¡Oh, Señor, Dios de los Ejércitos.
La peste aléjanos, Señor...!
En la esquina de Miracielos
hubo una breve oscilación;
los portadores de las andas
se detuvieron; Monseñor
el Arzobispo, alzó los ojos
hacia la Cruz; la Cruz de Dios,
al pasar bajo el limonero,
entre sus gajos se enredó.
Sobre la frente del Mesías
hubo un rebote de verdor
y entre sus rizos tembló el oro
amarillo de la sazón.

De lo profundo del cortejo
partió la flecha de una voz:
—¡Milagro...! ¡Es bálsamo, cristianos,
el limonero del Señor...!

Y veinte manos arrancaban
la cosecha de curación
que en la esquina de Miracielos
de los cielos enviaba Dios.
Y se curaron los pestosos
bebiendo el ácido licor
con agua clara de Catuche,
entre oración y oración.

Miracielos: casuchas nuevas;
la tapia desapareció.
¿Qué mano avara cortaría
el limonero del Señor...?
¿Golpe de sordo mercachifleo
competencia de Doctor
o despecho de boticario
u ornamento de la población...?

El Nazareno de San Pablo
tuvo una casa y la perdió
y tuvo un patio y una tapia
y un limonero y un portón.
¡Malhaya el golpe que cortara
el limonero del Señor...!

¡Mal haya el sino de esa mano
que desgajó la tradición...
!Quizá en su tumba un limonero
floreció un día de Pasión
y una nueva nevada de azahares
sobre la cruz desmigajó,
como lo hiciera aquella tarde
sobre la Cruz en procesión,
en la esquina de Miracielos,
¡el limonero del Señor...!

domingo, mayo 20, 2007

El rollo de culebras

Acompañado de los malestares que dejan la gripe y los escalofríos de la madrugada, estuve recordando un día que fuimos con mi abuela Emilia y mi Papandres al río de Cocorote llamado San Gerónimo.
Era tiempo de verano, pero no tardaban las lluvias y en virtud del cambio de condiciones que ofrece la naturaleza para generar abundancia de alimentos de manera incondicional, miles de chicharras hacían un ruido ensordecedor en el camino que comenzaba en la hielera y que llevaba directamente al río solo para atraer a las hembras en el antiguo juego del amor y perpetuar la especie.
Vale destacar que estas salidas al río como ya lo he contado en otros post, era una de las pocas diversiones que existían en el Cocorote de los años 70 y donde los niños podían disfrutar. La otra; un cinema que quedaba al frente de Jarro Mocho donde los asientos eran bancos y taburetes de madera que los cinéfilos cocoroteños en arranques de furia cuando la película era mala o sencillamente se dañaba, iban a trancar encima de un techo y cuando traían la siguiente película tenían que encaramarse al “tinglado” para recogerlos.
Volviendo nuevamente al camino del río, este era muy arbolado y recuerdo que algunos espacios del mismo se mantenían con una sombra refrescante lo que hacia amena la trayectoria y menos cansona, toda vez que siempre nos tocaba llevar algo de los utensilios o los productos necesarios para hacer el "sancocho de gallina" a las márgenes del río y que a pesar del paso de los años me parece estar degustándola.
No se por qué evoco latas de aceite Diana en estos viajes. Al parecer en cada casa de familia había una de estas latas grandotas que tenían mil usos y que uno de ellos era ser utilizada para hacer estos sancochos.
Al llegar al río, lo primero que se hacia era buscar piedras y troncos viejos que pudieran ser utilizados para represar el agua y entre el baño, juegos con barro y la comida, regresábamos en la tarde muy por lo general con los ojos enrojecidos y la piel llena de arena oscura dada la cantidad de minerales que siempre ha arrastrado el río San Gerónimo.
Pero una vez, de vuelta a la casa nos sorprendió un espectáculo muy poco común y desconocido para aquel entonces. Muy cerca del galpón utilizado como sala de matanza para aquel entonces y que hoy pertenece a Ollantay´s, exactamente donde había una hilera de enormes cedros y tamboras (ceibas) que fueron tumbadas para hacer la calle principal de las casas de madera, se encontraba una cantidad exorbitantes de culebras envueltas en una paranoia danzante que nos llenó de terror. Mientras mi abuela insistía que nos calláramos para no perturbarlas, mi Papandres se armó de piedras para ser utilizadas con su fonda si estos animales trataban de atacarnos. Pero nada de esto pasó. Si bien, no teníamos otra alternativa para llegar a Banco Obrero, ya que no existía la calle que lleva a la panamericana y que está a un lado de Ollantays, debimos hacer de tripas corazón para seguir el camino hacia la casa y aun cuando las culebras no se encontraban en la calzada sino en la arboleda que la bordeaba, la enorme cantidad nos dejo pasmados y llenos de angustia y lo mejor fue que al pasarles tan cerca (de unos 5 a 10 metros), ni siquiera una hizo amago para atacarnos.
Cerca de cumplir cuarenta años de edad, no he visto nada igual en mi vida, y la respuesta a tantas culebras juntas la conocí en un capitulo de “Animal channel”, cuando ofrecieron un documental sobre una especie de culebra donde la hembra es muy escasa y que en época de celo los machos en un frenesí desconcertante se juntan para tratar de cubrirla.
Pero nada de estos se conocía en aquel entonces y en virtud del desconocimiento y la terrible aversión que le tenemos a las mismas, mis abuelos le adjudicaron este encuentro a cosas del demonio. Quien más iba a pagar ese susto????
Viviendo a unos cincuenta metros donde ocurrió esto, me asomo por la ventana y logro divisar desde el apartamento el único árbol de cedro que ha sobrevivido a los embates del urbanismo. La verdad es que hoy en día no se ven ni lagartijas por aquí y el calor que esta haciendo me hace pensar en la posibilidad de llegarme hasta el río pero el malestar me hace zumbar los oídos y estoy que me visto para irme a la casa de la señora Carmen a ver si me hace un remedio casero a sabiendas que la negra no dejará pasar la oportunidad para burlarse y decirme “mira niño viejo, te vas para que tu mamá a ver si te hace una sopita???... Maluco no es, y todo su reconcomio es por lo celos de que su mamá en iguales condiciones no se la hace je je (termino haciéndosela yo)… Arrancado de la vida misma.

martes, mayo 15, 2007

El malasangre

Toda barriada necesariamente como la canción tiene su guaguancó y por demás está decir que entre sus moradores por lo general se encuentra uno que es el propio puente roto (nadie lo pasa). Haciendo un sondeo entre los habitantes de Banco Obrero de Cocorote, existe un personaje que a pesar de todos estos años que no se le ve por aquellos lares, se le sigue recordando no por buena gente sino por lo difícil que es digerirlo. Obviamente me reservo el nombre para que no sea objeto de burla ya que no es ningun muchacho, pero cualquier paisanito que saque sus cuentas, rápidamente evocará a este singular personaje que al parecer no tiene “angel” para mantener ninguna amistad.
Me comentaba Carlos que en alguna oportunidad estando niño, el malasangre lo invitó a tumbar mamones de la mata que quedaba cerca del árbol de Mamey que está por el bloque 10 de la Urbanización Las Acequias (esta urbanización obviamente no existía) pero como había llovido, Carlos se negaba a hacerlo por lo resbaloso que estarían las ramas hasta que por la insistencia del otro por fin se decidió a ir.
Al llegar al sitio, el malasangre subió rápidamente a la mata y se hacia de los mejores racimos guardándolos en una bolsa que había llevado. Carlos al observar la actitud del otro, rápidamente pensó que al bajar de la mata, el malasangre no le daría nada y que hasta ese momento estaba haciendo era el papel de bolsa, por lo que se montó también en las ramas inferiores y allí encontró una frondosa rama que brindaba los mejores y más almibarados mamones que habían visto.
Dándose cuenta el malasangre de la situación, trato de bajar hasta la rama en donde se encontraba Carlos pues habia suficiente para que los dos se atragantaran del fruto. No obstante, al tratar de llegar a la misma, resbaló y fue a caer justo en donde habían colocado unas piedras para hacer un fogón golpeándose fuertemente la cabeza.
Ayyyyyyy, Carrrrlos, Caarrrrrrlos, ayúdame que no veo, auxilio Ayayayyyy - gritaba mientras que Carlos con el corazón en la boca trataba de levantarlo a pesar de ser menos corpulento que el otro - Conchale chico, te dije que era muy peligroso con la mata mojada, te rompiste la cabeza. Mejor nos vamos – y apoyado en la pequeña humanidad del menor, el malasangre llegó a su casa adolorido y callado puesto que habían quedado de acuerdo en llegar y acostarse de una buena vez para que la paliza que siempre reciben los muchachos de pueblo cuando una de estas cosas suceden, no se la ganaran.
Angustiado por la situación, Carlitos se asomaba constantemente desde la ventana de su cuarto hasta que vio el bululú de gente que salía de la casa del malasangre, apurados para tomar un carrito que los llevara al hospital, puesto que se habían dado cuenta de la herida que tenia en la cabeza y lo llevaban envuelto en una sabana cual momia egipcia…
No se asusten, no le pasó nada. A la semana estaba como la matica de caraota (echando vaina) y Carlitos se ganó su respectiva “pela” (verrrg, porque fue que se salvó???) je je
Este cuento es arrancado de la vida misma y sucedió hace como cuarenta años atrás (según de Carlos). Les pregunto a ustedes. ¿recuerdan el (la) malasangre de por su casa????

sábado, mayo 12, 2007

Elizabeth: un poco de mi propia medicina

Cuando ando fuera de las fronteras de la Republica Balcánica de Cocorote, es motivo de orgullo sin igual expresar que soy de ese pueblo. Imagínense en una conversación con una persona que acabas de conocer y que al hacer las preguntas de cortesía, alguien le responda “yo soy de Cocorote” – verrrrg, piensan al instante, donde quedara eso????.Lo cierto es que la mayoría de las personas queda como chivo comiendo tamarindo: con los ojos pelaitos …
Obviamente que disfruto con eso pues, me da la oportunidad de responder que queda en tal lado y queseyo… y ahora que mi amigo Caribe, el cocoroteño más universal que tenemos piensa lanzarse a la presidencia en cualquier momento, más resalto las virtudes de esa insigne tierra. A ver, cuantos de ustedes conocía de la existencia de un pueblo venezolano llamado Sabaneta de Barinas?????????
Ayer en una jornada maratónica, salí a las 4 de la mañana desde Cocorote rumbo a Caracas (por cierto que me tome mi respectivo cafecito en La encrucijada y me acorde de mi Joda querida), y luego de una larga reunión que culmino a las 2 de la tarde, salí apresurado a comer en la feria de la comida que esta a media cuadra de la esquina de Chorro con el objeto de encontrarme con mi compañera de trabajo que había salido unas dos horas antes. La escena, full de gente con la avenida Universidad tapiada de buhoneros pero en serio que la feria es un sitio agradable (al menos).
Luego de verificar que Magali ya no estaba, me senté a comer en una mesa que se mantenía sola y al poco tiempo de haber comenzado, se me acercó una chama muy linda que con bandeja en mano, se disponía también a comer:
Hola, esta ocupada – no cariño, sientate y buen provecho – gracias. (cada quien en lo suyo, degustando la comida que estaba exquisita) Al poco tiempo se me ocurre preguntarle a la joven, - ¿vienes a menudo aquí? - no, traigo por lo general mi comida pero hoy no pude, ¿y usted? – nooo, la verdad es que es primera vez que vengo, no soy de aquí pero es muy bueno el sitio – ahhh, y de donde es????? (aquí me preparaba ya para soltarle el nombre de mi pueblo tan lejano y desconocido como Macondo antes de que el Gabo lo inventara)… y luego de masticar con toda mi calma el bolo, con una sonrisa en los labios le respondo – pues, de Cocorote
Aquí viene lo mejor, en aquel berenjenal de comensales haciendo cola para entrar al self service y un millón de mesitas para comer, Elizabeth, mi ocasional compañera de almuerzo, con sus ojos mas abiertos que nunca, se me queda viendo expresivamente y me responde: yo también soy de allá. Plop.
Je je je, la verdad que nunca me lo imagine, pero algún día me tenia que pasar: un poquito de mi propia medicina. Que pequeño se está haciendo este mundo...

sábado, mayo 05, 2007

Un guaro llamado Gustavo Dudamel

No tengo un gran conocimiento de la música clásica, pero cuando la escucho puedo sentir la fuerza y el empuje de su composición y se me hace casi imposible dejar de cerrar los ojos, acometido por el relax embriagador de sus melodías.
Ahora bien, esta actitud es exclusiva cuando de escuchar se trata. Si estamos en presencia de una orquesta, el contacto sensorial es mucho más extenso y por supuesto que no es solamente el oído el que se recrea sino que la vista interviene de manera relevante en la captación de las notas musicales.
Pero en nuestro querido país no nos podemos quedar tranquilo. Hasta la música clásica viene sazonada con ese gusto tropical que solamente el Caribe puede dar; y ese sazón ha venido tomando sabor en la figura de un barquisimetano que poco a poco ha venido calando posición en las mas renombradas salas de música en todo el orbe, dejando muy en alto el nombre de nuestro país. Me refiero a nuestro singular y talentoso batuta Gustavo Dudamel, un guaro peluo pero con clase.
Llevado de la mano por el insigne músico y visionario José Antonio Abreu, a través de una fundación de ayuda para la marginación que desde 1975 viene formando jóvenes en la capital musical venezolana, nuestro apreciado músico se consagra más allá de nuestras fronteras como director de filarmónicas.
Obviamente que aquí, en la República balcánica de Cocorote, estaremos muy atento de los triunfos de este carismático de rizos caribeños que sin llegar a ser rastafari, mueve su melena al son del ÉXITO.
Aqui, una muestra de su desempeño con la Orquesta Sinfónica Infantil de Montalbán

viernes, mayo 04, 2007

Simón Bolívar en Okinawa

Hace unos años, cuando por primera vez leí el nombre del venezolano más universal asociado a esta isla que se encuentra en el Océano Pacífico, específicamente frente a las costas de China (entre Taiwán y Japón), lo único que se me ocurrió pensar fue “verrggg, este hombre pateó mas que un loco, cuando acuerda vivió en Cocorote”….
No obstante, al indagar sobre este militar norteamericano que en un día como hoy pero en el año de 1943, celebró su ascenso a Teniente General, conocí sobre su aguerrida actitud frente a sus soldados ya que no era de aquellos que desde un bunker dirigía las tácticas a utilizar en el campo de batalla sino que, se internaba en las líneas enemigas en conjunto con los pelotones de avanzada, cuestión que lo llevó a la tumba al día siguiente de haber obtenido la victoria sobre el teniente general Mitsuri Ushijima, jefe del ejercito nipón en Okinawa.
Es bueno saber que su padre, llamado igualmente Simón Bolívar Sr, fue general de los confederados en la guerra civil gringa y posteriormente gobernador del estado de Kentucky.
Ahora bien esto de utilizar nombre de personas ilustres, se remonta al siglo XIX cuando determinadas familias norteamericanas bautizaban a sus hijos con el apellido de algún personaje célebre, preferentemente militar y en el caso del vencedor de Okinawa, Simón Bolívar Buckner a pesar de haber ingresado a la historia como un guerrero heroico y triunfador, no puede ocultarse frente a esto y su honorable homonimia, el que fuera un racista taimado… que buena vanchina…
Les dejo una pregunta, ¿Cuántos Simón Bolívar reconoce la historia???

martes, mayo 01, 2007

DIA MUNDIAL DEL ASMA

El día mundial del asma se celebra el primer martes de mayo, bajo los auspicios de la Organización Mundial de la Salud y la Iniciativa Mundial contra el Asma (GINA). Lamentablemente este año coincide con el 1 de mayo, quedando solapada por los eventos, marchas y festines del día de los trabajadores (aquí en Yaracuy mucho mas desapercibida por la celebración de las Ferias de Mayo)..
A pesar de ello, siempre he estado atento a dicho evento en virtud de que en casa la Negra sufre esta enfermedad desde siempre, teniendo en casa hasta equipo nebulizador aunque lo mejor es que le desaparece por largos periodos pero siempre regresa y de los niños, Mauricio la sufre pero de manera mas eventual y no tan severa (cuando la tiene el pecho le suena como un gato y aun así sigue echando varilla)
Mi aversión al asma es tal que no dejo de percibir la importancia del test de control del asma (reseñado por Globovisión) como una medida adecuada para mitigar sus síntomas y mantenerla controlada. Se conoce que el asma no es curable aun cuando los síntomas pueden desaparecer por años: a eso se le denomina control total.
En alguna ocasión me sentí igual que un asmático (digo yo) cuando en un ataque frenético por limpiar el baño, añadí en un tobo cloro y limpiador de pocetas y en el acto los vapores químicos desprendidos de la liga limpiadora me dejaron sin aliento, así que tuve que utilizar el bendito nebulizador, verggg, que vaina mas desesperante es sentirse sin aire.
En todo caso, vaya mi solidaridad con los asmáticos y la oportunidad que tienen en la actualidad de controlar el asma.