Ayer en la mañana, cuando al fin los maracuchos esotéricos recogieron al vecino que los iba a acompañar a Sorte en calidad de baquiano, nos quedamos picados y luego de otorgar mi cuota a los menesteres blogueros (na´ tan guena) y le propuse a mi compañerito ir hacia los lados del fundo El Cilindro, con el fin de sacarle fotografías a la rueda de piedra que utilizaban para trillar el café cocoroteño a principios del siglo pasado – papá, donde queda eso???- por el río – por el ambulatorio??? – ujummm y sale disparado a vestirse.
Cuando llegamos al Fundo, una vez que cruzamos el río San Jerónimo de Cocorote, vimos con cierta tristeza que el señor Cardozo, dueño de la misma se disponía a salir y me confió rápidamente que el se encontraba por esos lares desde hace 50 años y que ya para aquel entonces, habían removido la piedra con destino incierto –veerrrrg, pensé para mis adentros – no obstante, la conversa con el señor aunque corta fue interesante, ya que me hizo saber que trabajó por muchos años junto con Eugenio Mendoza , y luego se vino para Cocorote a trabajar con ganado en toda el área que bordea el camino de Las Cumaraguas hasta llegar al río Taracoa pero el peso de los años hizo que vendiera gran parte del fundo a personas conocidas en el ámbito yaracuyano como Juan Campolargo y sus toros de lidia y hoy solo posee las 130 hectáreas allende a la casa del Cilindro.
Luego de despedirme, no pude sino fugazmente tomar algunas fotografías del lugar (hasta el ganado andaba escondido en la parte alta del fundo) y retirarme hacia el río donde mi connotado deportista de piscina olímpica (con medallas desde los cuatro años) había dispuesto ponerse el traje de baño sin decirme nada, previendo un escenario mas gustoso pero a la hora de echarse un chapuzón, se sentía inseguro de un pocito de agua dulce: chiico, la olímpica es mil veces mas grande que eso – pero allá no hay arenas movedizas – y quien te dijo que aquí las había?? Le pregunté – métete para que veas… En efecto, no eran movedizas pero el arrastre de minerales en todos los ríos yaracuyanos siempre ha sido generoso y mas de uno se ha vuelto rico con los saque de arena para la construcción.
7 comentarios:
El Cilindro... na' guara cuantos recuerdos! Ese era el paso obligado cuando ibamos con papa a subir el cerro, nunca has subido de Taracoa, arriba arriba antes de empezar a subir al cartel? hay unas cascadas arrechisimas! poca gente las conoce. Pero El Cilindro siempre me parecio bien pacifico, relax, chamo era una paz, provocaba tirarse en ese pasto nada mas q a oir los pajaros. Q buenos recuerdos!
Claaaro, tengo mucho tiempo que no subo. Antes llegaba hasta Aroa con Edgardo Fiallo, (el papa tiene una finca de café) y con Reinaldo Chourio me sentaba en las bases del cartel a pasar la tarde y algunas veces a recoger una que otra planta de orquideas. Existe una trocha que va desde Taracoa hasta Milla subiendo allehde a la quebrada y es espectacular y el camino a Pitiguao es inigualable. Ahora sube una ruta rural y mas gente se observa. Pero lo bueno viene el fin de semana, ya que junto al Tato Montero subiremos con los chamos en la camioneta de él que si soporta el camino. Un abrazo como siempre desde Cocorote.
Hola Elier,
Tus fotos son muy bonitas, y las del Río a pesar de faltarle el agua, son muy muy bonitas con tu hijo de protagonista.
Yo me tiraría de cabeza también!
;)
Cuando Caribe salio de estos lares, dejo un designado je je
Jajaja, sí!
:)
El sabado soñe con El Cilindro y El Candelo, papa tambien decia q habia una trochas hasta milla desde Taracoa.
Chamo me provoca ir de nuevo a todos esos sitios con todas las vainas q escribes :-)
Lo q si de todas todas es q me voy a acampar a Paraguito cuando regrese.
Yo conocí a ese Edgardo Fiallo, en la Convencion Nacional de Centros de Ciencia en San Cristóbal en 1986. Bonitas fotos. Saludos
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