De Pláceme en Chirgua

Esta población se encuentra en el suroeste carabobeño, específicamente en la carretera que une a la ciudad de Valencia con Nirgua. Es un valle que alcanza los 700 metros sobre el nivel del mar lo que trae como consecuencia un clima excepcional que la identifica.
Este pueblo junto a Anzoátegui de estado Lara, brindan la papa de “piso bajo” al mercado venezolano, toda vez que las denominada “de piso alto” es la producida en los andes venezolanos.
Desde el lunes pasado estaba internado por esta zona del país, en virtud de estar dictando un curso con los auspicios de Fundacite Carabobo quien gentilmente me invito a trabajar en conjunto con los productores de semillas de papa de este singular Valle.
Vale destacar que la jornada aunque laboriosa, nos dejó algunas horas de entretenimiento en las tardes, toda vez que al pasear por la campiña chirgüense, fuimos encontrando algunas características singulares de este hermoso lugar que desataron rápidamente la curiosidad por conocer más sobre él.
En efecto, me llamó poderosamente la atención una urbanización de unas casas con algo que evoca a Europa; preguntando como quien no quiere la cosa, nos daban información acerca de unos daneses que a inicios de la segunda guerra mundial, vinieron a dar a esta tierra llena de gracia en compañía de margariteños, cubanos y canarios. Luego de algún tiempo transcurrido llegaron algunas familias vascas.
Resulta que indagando, me topé con algunas historias de esas que me gustan mucho; pues, ofrecen al visitante la idiosincrasia de los pueblos en un abrir y cerrar de ojos. Chirgua en lengua indígena significa frío. Estas tierras de excelente calidad alguna vez fueron propiedad de la familia del Libertador, pero que luego –ya en el siglo XX- se estableció una colonia agrícola creada por el General López Contreras, quien fue que motivó la migración hacia este valle.
Por una interesante publicación en Internet, pude conocer sobre una posada en pleno pueblo, ya que todo ese tiempo estuvimos hospedados en un hotel de Bejuma, que por cierto tiene una bonita instalación pero le falta nada mas y nada menos que cariño (Como el aire hacia mas ruido que una podadora, nos teníamos que tomar unas cinco birras antes de acostarnos para que no lo tomaramos en cuenta je je).
En fin, apenas con el problemita del aire acondicionado, la verdad que fue una semana bien alegre. Había olvidado comentar que antes de irme de viajes, la chamita de la caja de ahorros de mi trabajo me había llamado para que cancelara una rifa que a viva voz me negaba a comprarla (je je, siempre hago lo mismo, la chamita me decía – tomá chiico, deja la peleadera, y dame los reales…puro embuste) lo cierto es que el miércoles estando en pleno monte, me llamaron para decirme que me había ganado una nevera (faltaron las birras para celebrar mi cumpleaños el jueves). Al llegar la noche llame a la negra para comentarle que me había ganado…. pero la verdad que no me dejo concluir ya que escuche decirle -mi amor, dirás que nos ganamos… -y después sale diciendo que no la llame cuaima no juegue…

Debo agregar que Alanis Morissette y su álbum Jagged Little Pill, el cual lo tengo en mp3 desde hace un tiempazo a través de Napster (verrg, era un adicto a esa comunidad) me acompañó en la redacción de este post. Conchole, como me gusta escuchar a esta canadiense.