Hoy, le enseñé a la joven protagonista de ese vieja entrada, lo que escribí hace ya seis años de lo que sentía esa noche al verla y por supuesto, es una promesa escribir la realidad de ahora. Sí, completamente vuelta a la normalidad, enamorada de la vida y de quienes le acompañan, deja atrás lo que fue un mal sueño que bien vale decirlo; liderizando el cambio, fue ella misma la que con empeño y sobre todo, con el mayor de los sentimientos lo pudo hacer: el Amor. Cosa más buena.
Así pues que, cuando leas esto, comprendo amiga que una vez más el poeta se había adelantado...
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más.
Caminante no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en el mar.
Caminante no hay camino
sino estelas en el mar.
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