Nos hemos acostumbrado tanto a la garantía, que hasta en el amor va por el mismo derrotero. Parece una salida fácil de ir buscando la pareja ideal mientras vamos "probando" si realmente es él (la) que conviene.
Detrás de lo anterior subyace el hecho de que si no ofrece las condiciones para ofrecer a perpetuidad lo que nos interesa, entonces lo (la) descartamos y buscamos algo mejor. Cuidado, al parecer cada día que pasa se vuelve más desechable, su periodo de caducidad es tal que observamos amores de muchos años convertidos en harapos en cuestion de un par de meses cuando se ha formalizado la unión.
Alguien decía hace un tiempo que buscamos tanto nuestros pares similares que, no caemos en cuenta que al ser tan parecidos se rechazan como los imanes. Algo de verdad tiene esa frase. Creo importante destacar que el amor no es una mercancía y quien asi opina está predestinado a vivir en soledad, a pesar de que se encuentre acompañado.
Que viva el amor carache...
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